Los mitos son saberes populares que afirman conceptos que la gente, en su generalidad, toma como válidos sin cuestionarlos… por ejemplo, en el caso de los mitos sobre la sexualidad, citemos algunos:
- “La erección es siempre un indicador de deseo sexual”
- “Si no hay erección, entonces no tiene deseo sexual”
Ambos conceptos relacionan la erección con el deseo sexual. Pero la erección puede resultar de un reflejo físico, a veces, no implicando un deseo sexual. Y también la falta de erección no implica falta de deseo, ya que puede ser por muchas causas, y requiere una consulta sexológica.
El problema es cuando se explican estos fenómenos desde un saber popular y no se realiza la consulta a tiempo. Esto no solo es perjudicial para la salud, también para el vínculo de pareja.
Citemos otro mito sobre la sexualidad:
“Para que sea una relación sexual óptima, debe haber penetración, la mujer quiere ser penetrada y disfruta más así”
Este concepto se basa en una cultura en la cual el hombre pone sus pautas a la relación sexual, y determina el disfrute en la mujer, con un concepto coito centrista únicamente. Este preconcepto obtura la posibilidad de relaciones sin penetración, también dificulta el diálogo y la escucha mutua, las necesidades de cada uno, porque limita la sexualidad al coito como lo único importante. Se pierde la posibilidad de dar tiempo necesario a disfrutar del juego previo y de ese encuentro amoroso que contribuye a la disposición femenina a la penetración que favorece su lubricación. Aspecto muy necesario especialmente en la etapa de la menopausia.
Otra creencia:
“El preservativo dificulta la erección” esta afirmación es lamentablemente una de las causas del no uso del mismo en las relaciones sexuales, inclusive en encuentros ocasionales, ya que se juega más la necesidad de que se erecte sin dificultad, que “funcione”. También se juega sin hoy la vergüenza de comprarlo o de pedir al compañero sexual que lo use como condición del encuentro.
En una encuesta de hace un año (encuestados de 19 años a 65 años), pregunté si llevaban preservativos al ir a una cita y las respuestas fueron sorprendentes: en mujeres la mayoría opino que el chico debía llevarlo, ellas no. Y en el caso de los varones, la mayoría opino que no le gustaba usarlo, pero que si ella les pedía que lo use, se lo ponían, aunque no llevaban preservativos a la cita. Las personas encuestadas a pesar de las diferentes edades coincidían en su resistencia al uso del preservativo por parte de los varones y, por parte de las mujeres, delegaban dicha responsabilidad al varón.
Está resistencia al uso del preservativo, es llamativa y sorprendente con toda la información al alcance, esto evidencia el poder del desconocimiento por sobre la información adecuada. Se prioriza más evitar un embarazo que el contagio de enfermedades de transmisión sexual.
Superar mitos y tabúes en relación a la sexualidad e informarse de forma responsable es tarea de cada uno. Poner límites a lo que no queremos, es fundamental , límites a “modas”, a conductas que aceptamos porque “todos lo hacen”
Disfrutar de la sexualidad es también conquistar una libertad interna y externa cuestionando estos prejuicios y mitos que pueden poner en peligro la salud, y el bienestar de la pareja. Es importante la adecuada información y la consulta sexológica oportuna.
¡Cuidarse es informarse también!
Un abrazo
Lic. Cecilia Villaverde